Si el vehículo dispone de sistemas electrónicos que no deban
sufrir ningún corte de corriente mientras se realiza el cambio, habrá que
conectar en paralelo durante el tiempo que dure la operación, una segunda
batería de respaldo. Y ya está, no hay más.
Esto mismo es aplicable a cualquier dispositivo que tengamos
que utilice baterías ... salvo muchas bicicletas eléctricas, cuyos fabricantes
diseñan sus baterías de modo que emiten una señal encriptada (lo de menos es
que esté encriptada o codificada, lo importante es su mera existencia) que debe
recibir el controlador para que el sistema entre en servicio.
Técnicamente no es algo demasiado complejo. Un emisor de
señal en la batería y un receptor en el controlador, pero el efecto es queesa
bicicleta está blindada ante cualquier cambio. El usuario queda obligado (sin
saberlo generalmente) a comprarle las baterías que necesite en el futuro al
fabricante de la bicicleta, lo cual es un tipo de monopolio que priva de
derechos básicos a ese consumidor.
En mi opinión un fabricante lo que debe ofrecer es calidad,
asistencia, precios competitivos, buen servicio y atención ausencia de tiempos
de espera ante cualquier demanda de los usuarios. Y de ese modo serán los
usuarios los que voluntariamente se decantarán por sus productos, pero nunca
pretender esclavizarles a sus productos a la fuerza, pues a la larga se volverá
contra él, por tratarse de una política de ventas perversa y desde luego
equivocada.
No recomiendo, por tanto, comprar bicicletas electrificadas
con sistemas codificados, pues nos limitarán tremendamente las opciones de
mantenimiento, salvo que esto se tenga claro desde el momento de la compra,
conociendo las consecuencias y aun así, por la razón que sea, se opte por ese
modelo y marca.
Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.